viernes, 8 de enero de 2010

FASES DE LA FOTOSÍNTESIS

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te presento blogger aqui encontraras las fases de la fotosintesis extraido parrafos e imagernes de la web

2 comentarios:

  1. Fotosíntesis

    Priestley, 1772; Ingen Housz, 1779; Senebier, 1782; Saussure, 1802; Sachs, 1864

    La luz sólida

    La síntesis vegetal de nutrientes a partir de la energía luminosa se comprendió por etapas.



    Como muchos otros descubrimien­tos, el de la fotosíntesis se realizó antes de que su concepto fuera es­bozado.

    El experimento de Priestley

    En 1771, el inglés Priestley, preocu­pado por las teorías de la época so­bre el flogisto y la naturaleza del aire, comienza una serie de experi­mentos que no tienen mucho que ver con la fotosíntesis. Se ocupa de lo que denomina la «bondad» del aire, es decir, su utilidad para la res­piración. Con este fin, pone un ra­tón bajo una campana de vidrio y observa que su respiración dismi­nuye en una quinta parte el volu­men total de aire; luego pone una planta, y descubre que este volu­men se recupera. Sus medidas sólo son, por tanto, cuantitativas, puesto que no descubrirá el oxígeno hasta tres años después, más tarde aún de que Lavoisier inaugu­re los comienzos del análisis quími­co del aire según los métodos mo­dernos.

    La respiración vegetal

    La innovación técnica de Priestley es ya apreciable. En el campo de la fotosíntesis propiamente dicho, su principal contribución consiste en el descubrimiento de que las plan­tas producen lo que denomina «aire deflogistizado», en realidad oxígeno, y en que este fenómeno sólo tiene lugar en presencia de la luz. Establece, en consecuencia, las bases del concepto de fotosíntesis.



    En 1779, el holandés Ingen Housz, familiarizado con el con­cepto de oxígeno, retoma las obser­vaciones de Priestley y descubre que las plantas producen mucho oxígeno de día, pero que, por la no­che, producen anhídrido carbónico, introduciendo los conceptos de res­piración diurna y respiración noc­turna. Basándose en su descubri­miento, llega por inducción a la hi­pótesis de que el oxígeno que se desprende durante el día proviene de la descomposición del agua. Sa­gaz observador, Ingen Housz se da cuenta asimismo de que las partes no verdes de las plantas siempre producen anhídrido carbónico. Se halla, por tanto, sobre la pista del papel de la clorofila, pero detiene en este punto su excelente observa­ción.



    El suizo Senebier recoge el testi­go y, en 1872, descubre que una planta no puede vivir en un entor­no carente de anhídrido carbónico.



    En 1804, otro suizo, Saussure, es­tablece una relación entre el agua absorbida por el sol, el anhídrido carbónico y el crecimiento de las plantas. En realidad, vuelve a reali­zar, probablemente sin saberlo, la observación empírica que el inglés Hales había realizado en 1724 (Ha­les tuvo incluso la notable intuición de que las plantas tomaban «algo» del aire...).



    Todavía faltaba mucho para co­nocer los fenómenos fundamenta­les de la fotosíntesis, término que hasta 1898 no acuñaría el inglés Barnes. Pero se avanzó en esa direc­ción con otro descubrimiento, el del francés Garreau en 1850: todos los seres vivos tienen de modo permanente respiración de tipo diurno -es decir, desprenden anhídrido carbónico-, salvo las plantas, que son las únicas que asocian la respi­ración -el intercambio gaseoso­ con la asimilación clorofílica.



    La etapa siguiente más importan­te, el descubrimiento de granos de almidón en la clorofila, la protago­nizó el alemán von Mohr y se inició en 1845. Fue completada por una observación importante: la clorofila existe antes de la formación del al­midón. Hay que tener en cuenta que el perfeccionamiento del mi­croscopio y de los protocolos de ex­perimentación facilitan cada vez más los descubrimientos. En 1857, el francés Gris, que había cultivado plantas en ausencia de luz, descu­brió que los granos de almidón ha­bían desaparecido.

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  2. La fórmula de Sachs

    No se llegó a la síntesis de todos es­tos descubrimientos hasta que el alemán von Sachs descubrió, en primer lugar, que la clorofila no está extendida por toda la planta, sino contenida en minúsculos órga­nos que posteriormente se denomi­narán cloroplastos, que las plantas no sintetizan almidón en ausencia de cloroplastos y, por último, que el almidón es el primer producto visi­ble de la fotosíntesis, pero sin duda, no el único. Sachs descubre asimis­mo que las plantas sin clorofila no sintetizan almidón, sino otros hi­dratos de carbono.



    Sus estudios se prolongan hasta 1864, cuando por fin obtiene la fór­mula química de la fotosíntesis: 6CO2 + 6H20+ energía solar ==> C6H1206 + 602, que explica parcial­mente la formación de hidratos de carbono. Ese mismo año, el francés Boussingault completa el descubri­miento al demostrar que el volu­men de oxígeno desprendido es igual al de anhídrido carbónico ab­sorbido. La investigación sobre la fotosíntesis, que aún en el siglo XX no ha finalizado, va perfeccionando lentamente la comprensión del sin­gular mecanismo por el que los ve­getales emplean la luz para fabricar hidratos de carbono.


    Las etapas finales

    Las etapas más importantes son los descubrimientos de las fases de la fotosíntesis, que inician el ruso Timi­riasev (1877) y el alemán Engelmann (1881) y que continúan los america­nos Blackmann (1905), Emerson (1921) y Arnold (1924). Estos botáni­cos, entre otros muchos, establecen que la clorofila capta primero la energía solar, pasando a un estado de activación molecular; uno de los electrones se escapa de la molécula y toma parte en la hidrólisis del agua, lo que provoca una cadena de reac­ciones químicas que preparan la se­gunda fase, en la que un azúcar se hidroliza en presencia de anhídrido carbónico para formar otros azú­cares.

    1966, el americano Calvin des­cubre otro tipo de fotosíntesis, lla­mada C4, que llevan a cabo dos ti­pos de células clorofílicas y que permite a algunas plantas (gramí­neas tropicales y amarantáceas) usar completamente el anhídrido carbónico del aire con menos agua que la fotosíntesis corriente.

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